lunes, 18 de diciembre de 2017

¿La moda es arte o es diseño?





por Javier Arroyuelo para revista de La Nacion

¿La moda es arte? Es la pregunta del millón, por la cantidad de veces que me la han hecho, con un tono ansioso que exige como respuesta un sí resonante. De allí que cuando replico que la moda es diseño sienta expandirse en el aire un rocío de desilusión. Y, sin embargo, el diseño tiene de larga data un prestigio propio que es un tanto brusco, por no decir grosero, desdeñar. Pero que la moda tiene su lugar entre las nobles disciplinas del diseño es una obviedad que registran (casi) todas las culturas. Para designar a lxs practicantes del oficio decimos diseñador/a de moda, y en inglés fashion designer, y estilista en italiano.
Pero hete aquí que el francés, idioma central en la materia, no posee un vocablo similar. Corresponde couturier. Que hoy parece poco, ya que se prefiere el más pomposo créateur o créatrice de mode y, en las casas de alto vuelo, nada menos que directeur artistique. Sospecho que, en gran parte, la discusión sobre el estatus de la moda -¿es o no es arte?- tiene su origen en esta carencia en el léxico francés de una palabra apropiada y de la reticencia a emplear la expresión designer de mode, cuando, por otra parte, la palabra design se aplica en Francia de manera corriente y elogiosa a muebles y objetos modernos y contemporáneos del más alto valor.


Diseño puro: del otoño invierno 2009/10 de Vivienne Westwood.
Pero la época, mercantil y triunfalista, quiere que Moda y Arte vayan de par. Y así, brillantes, vistosas, atrayentes, la burbuja del mundo de la Moda y la burbuja del mundo del Arte flotan a la par y se interpenetran dentro de la burbuja mayor del imperio del consumismo. (Desde ya que existen arte y moda por fuera de estos globos, que son o fueron llamadas alternatias, de vanguardia, off, indie o under, pero allí, en ese espacio abierto, las lindes son permeables y la historia es otra).
Las burbujas contienen todo lo que ha sido. Lo institucionalizado, entonces, lo que está en condiciones de ser aceptado y entendido como símbolo y esencia de su categoría, su materia, y de representarla toda entera, singular y genérico a la vez, el Guernica de Picasso, el tailleur de Chanel, el falo de Louise Bourgeois, la minifalda de Courrèges, las fotografías de Cindy Sherman, el tartán en todos sus estados de Vivienne Westwood. Lo que se exhibe y se despliega y entra por los ojos en las personas como imagen definitoria de lo que es Arte y de lo que es Moda. Lo cual no implica que la cosa en sí, la obra -y sus connotaciones- esté muerta, de muerte causada por institucionalización. Las obras cargadas de sentido no lo pierden, ni se pierden, en ningún contexto.
Hoy, toda esa actividad de diseminación y de penetración cultural se da ante todo en las redes y en los medios dentro de la gran burbuja, resplandeciente y ensordecedora, del entretenimiento. Y para una mayoría del público receptor solamente allí, Moda y Arte en un combo comercial, reducidas a producto, a facetas del lujo, con una clientela en común. En la vida real, mientras tanto, el rol de la moda, señal individual insertada en la experiencia diaria, es la de favorecer a quien la lleva, de ser un medio de diferenciación, de atractivo, de inserción o de autonomía -tú eliges.
El arte, por su lado, apunta a trascender esa misma experiencia cotidiana a la que la moda está íntimamente ligada. El arte enfrenta lo que los intercambios diarios tienden a omitir. La muerte, por ejemplo. Sería absurdo que, más allá de la función simbólica de la vestimenta de duelo, la moda pretendiera incorporar a la muerte como recurso estético y temático. Unx no se viste y sale y va a una fiesta o a una cena o incluso al trabajo con la intención de hacer que la gente piense en la muerte. Vestirnos es, al contrario, un modo de celebrar la vida.
La moda es diseño y ya. En el próximo capítulo de este folletín veremos por qué se insiste tanto en convertirla en objet d'art.

El autor ha colaborado en Vogue París, Vogue Italia, L'Uomo Vogue, Vanity Fair y Andy Warhol's Interview Magazine, entre otras revistas